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lunes, 12 de diciembre de 2011

Deeprak Chopra: "SincroDestino" (http://www.mediafire.com/?a4zyjo2ygzx)

Primer principio: 
Tú eres una ola en la estructura del cosmos 
Sutra: Aham Brahmasmi 
La esencia de mi ser es la realidad última, raíz y sustento del Universo, fuente de todo lo que existe 
El primer principio del sincrodestino reconoce la inteligencia subyacente que da origen a mi cuerpo, a tu cuerpo y al Universo como un todo, desde las estrellas y galaxias hasta las partículas subatómicas. Este campo de inteligencia consciente es la fuente del cosmos. Es el cuerpo extenso que todos compartimos, que nos vincula. La esencia de mi ser es también la esencia de tu ser y la de todos los seres. 

Tú, yo y el Universo somos lo mismo. Yo soy el Universo, circunscrito en un ser humano individual. Tú también eres el Universo, circunscrito en tu cuerpo, que lee estas palabras en este momento particular del espacio-tiempo. Ambos existimos sólo como olas individuales en el campo de inteligencia consciente. Cada aspecto de nuestro ser está acoplado y concertado por esta inteligencia no circunscrita e infinita, el océano ilimitado de conciencia del cual tú, yo y el Universo surgimos. Ni siquiera nuestros pensamientos, deseos y sueños son técnicamente nuestros; son manifestaciones del Universo total. Cuando descubres que las intenciones y deseos que surgen en ti son las intenciones mismas del Universo, puedes renunciar a tu deseo de controlar y dejar que la vida maravillosa para la que naciste se desarrolle en toda su magnificencia.

Una vez que entiendas esta premisa, comprenderás el sutra del primer principio del sincrodestino: "La esencia de mi ser es la realidad última; es la esencia de todos los demás seres; es la fuente de todo lo que existe, raíz y sustento del Universo". Aunque parece simple, puede hacer falta toda una vida para dilucidarlo; su significado para nuestras vidas es profundo. Cuando entendemos plenamente este sencillo sutra, todo se hace posible porque todo existe en nuestro interior. Tú y yo somos lo mismo, y cada uno es el ser infinito proyectando un punto de vista particular, tu punto de vista y mi punto de vista. Mi ser es inseparable de todo lo que existe, tal como el tuyo es inseparable de todo lo que existe. 

El poder de este pensamiento emerge cuando nos damos cuenta de que el ser trabaja sincrónicamente. Como yo soy una extensión de la inteligencia consciente, y ésta es la fuente de toda la realidad, entonces yo soy la fuente de toda la realidad. Yo creo mi propia experiencia. 

La intención brota de nuestros deseos más profundos y estos son moldeados por el karma. Tú y yo no tenemos el mismo karma; por ello, no poseemos exactamente los mismos deseos. Hemos amado a personas diferentes, nos hemos arrodillado ante tumbas distintas, hemos rezado en altares diversos. Las particularidades del deseo son únicas para cada uno. No obstante, si seguimos fe cadena del deseo, al final todos somos lo mismo. Queremos ser felices; queremos sentirnos realizados; queremos que nuestras vidas tengan significado y propósito; queremos una sensación de conexión con Dios o con lo espiritual; queremos que los demás nos respeten y amen; queremos sentirnos seguros. Estos deseos son universales, pero la ruta que seguimos para satisfacerlos es exclusiva de cada uno y se basa en las experiencias y los recuerdos individuales, es decir, en el karma. Todos nos dirigimos hacia el mismo destino, pero tomamos caminos diferentes. Llegamos juntos después de recorrer distintas rutas. 

Ejercicio 1: El testigo silencioso 
Ve a un lugar tranquilo donde no seas molestado. Pon tu cinta o CD de música relajante favorito. Cierra los ojos. Una vez que lo hagas, dirige tu atención hacia quien está escuchando en realidad. Empieza a percibir dos facetas distintas de ti mismo. Tus oídos reciben el sonido y tu cerebro procesa las notas, pero eso es sólo el aspecto mecánico. ¿Quién conecta las notas de manera que formen música? Mientras estás pensando en el proceso de escuchar, ¿quién escucha efectivamente? Percibe al testigo silencioso, el escucha silencioso que siempre está presente. Esta presencia no sólo está en ti, sino en el espacio que te rodea. Es esa parte de ti que está más allá de los pensamientos y sentimientos del momento, la parte que nunca se cansa y nunca duerme. Tampoco puede ser destruida. Reconoce que este testigo silencioso siempre está ahí. Es esa parte de ti que puedes atisbar cuando el parloteo de tus pensamientos es silenciado a través de la meditación. 
¿Puedes sentir esta corriente más profunda de conciencia en tu interior? 
La conciencia de este testigo silencioso marca el inicio de la conciencia del campo de inteligencia consciente, la fuente de todas las sincronicidades de nuestra vida. 

Ejercicio 2: ¿Por qué estás aquí? 
Para este ejercicio necesitarás papel, pluma y diez minutos sin interrupciones. 
Pregúntate por qué estás aquí. Escribe lo primero que se te ocurra. Esta pregunta está abierta a muchas interpretaciones, por lo que debes anotar cualquier pensamiento que desencadene. No te preocupes por cómo escribes; ni siquiera tienen que ser oraciones completas. 
Ahora plantéate la pregunta otra vez: ¿Por qué estás aquí? Escribe una nueva respuesta. Haz esto veinte veces. Sigue buscando formas nuevas de interpretar la pregunta, de modo que cada réplica sea única y responda a un aspecto distinto de la pregunta. 
Ahora revisa tus respuestas. ¿Qué te dicen? ¿Puedes discernir algún patrón o progresión? ¿Qué te dice esto sobre cómo ves la vida? 
Puedes considerar tu vida como una serie de acontecimientos externos e internos, pero también puedes aprender a ver un vínculo entre esos acontecimientos, entre sí y entre ellos y algo más espiritual. Cuando lo hagas, empezarás a ver tu vida como una oportunidad para compartir el don especial que sólo tú puedes aportar al mundo. Ésta es una respuesta a la pregunta de por qué estás aquí. Esta clase de claridad de propósito te ayudará a dirigir tus intenciones. 

Afirmaciones sutra para el primer principio 

Imagina que el Universo entero está siendo representado en tu interior. 
(Cuando tengas una imagen en la mente, di Aham brahmasmi) 
Imagina que estás conectado con todo lo que existe. 
(Aham brahmasmi) 
Imagina que eres como una cuenta de cristal. Reflejas la luz de todos los demás seres sensitivos. También reflejas la luz de todo el Universo. 
(Aham brahmasmi) 
Imagina que eres una hebra del hilo cósmico, conectada con todas las demás hebras. 
(Aham brahmasmi) 
Imagina que eres eterno. 
(Aham brahmasmi)

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